Madrid y sus calamares

«Cuando llegues a Madrid, chulona mía…» Es de obligado cumplimiento pasear por la Plaza Mayor y comerse un bocata de calamares, porque llegar y no encontrar sitio, todo empujones para pedir y tener que terminar en medio de la calle con tu bocata no tiene precio que lo pague, al meter el primer mordisco y disfrutar de lo lindo. Y es que nos gusta comer, disfrutar de cada rinconcito y sobre todo nos gusta volver con las personas que queremos, para compartir ese momento y brindar por repetirlo muchas veces más!!

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